Novedades sobre el comercio de café verde y su repercusión en nuestro consumo
Como consumidor de especialidades de café, sin duda habrá notado que el precio de su bolsa de café se ha disparado en los dos últimos años. Covid, mecanismos de mercado, guerra… ¿Por qué y cómo nos afectan y para qué debemos prepararnos?
Café especial, distinto del mercado de productos básicos pero dependiente de él
Aunque fuera del sistema bursátil, sería erróneo pensar que las especialidades de café no siguen los mecanismos de la economía de mercado. Los intermediarios, la oferta y la demanda y la especulación forman parte integrante del intercambio de cualquier mercancía. Aunque no nos regimos únicamente por estas prácticas, a veces sufrimos sus consecuencias indirectas.
En los últimos 20 años, el mercado del café ha registrado cotizaciones muy por debajo de los costes de producción, debido sobre todo a que la oferta ha superado a la demanda. Desde hace más de dos años, la relación se ha invertido, con un aumento exponencial de los tipos a corto para alcanzar finalmente tipos de cambio habitables para los jugadores.
La reducción de la producción y el aumento de la demanda también son responsables de la subida de los precios, ya que los fabricantes recurren a determinados lotes de especialidades de café para cubrir sus necesidades.
Un mercado complejo
Aparte de los mecanismos puramente de economía de mercado, las crisis pueden tener un gran impacto en el comercio, tanto a muy corto plazo (enfermedad de los árboles, pérdida de producción tras una catástrofe climática, falta de mano de obra para cosechar cerezas, crisis migratorias, crisis sanitarias, etc.) como a medio y largo plazo.
Siempre es buena idea informarse sobre las condiciones del mercado local y las cosechas de cada país para poder juzgar si los precios que se cotizan están justificados. Dictan los precios tanto como los mecanismos del mercado y la calidad de los lotes.
Para una misma calidad, los lotes de distintos países o incluso de distintas regiones pueden presentar enormes diferencias de precio… por razones totalmente comprensibles. Saber esto significa ser consciente de los retos a los que se enfrenta cada terruño y apoyar a cada uno de ellos para preservar la gran diversidad que hace que nuestro producto sea tan rico.
Costes cada vez mayores
Ya sea en origen, en el transporte, en la transformación… los costes son cada vez más elevados. Aceite, agua, electricidad, gas, alquileres, costes de mano de obra, envasado… No sólo se paga el grano, también se pagan todas estas cosas.
La inestabilidad y la inflación actuales no pueden dejar de afectar a nuestra industria. Usted sigue apoyando a la industria alimentaria yendo al supermercado, pero debe saber que las especialidades de café, que trabajan con volúmenes reducidos, no pueden romper estas sobrecargas tan bien como los grandes industriales.
¿Qué es «el precio justo»?
El precio justo es la sostenibilidad. La que permite a los jugadores llevar una vida de descenso y realizar acciones para perpetuar el negocio al tiempo que se actúa para proteger el planeta. I
Hay muy pocas etiquetas que garanticen estas cosas (las más grandes no lo hacen), por lo que a menudo es más prudente informarse sobre la trazabilidad del lote que estamos comprando para conocer el impacto real de nuestra elección.
La estacionalidad, la calidad, el origen y los costes accesorios (el marketing es uno de ellos, sobre todo para las grandes cadenas o los reyes de Google AdWords) influyen en el precio del café. Exija la trazabilidad de sus lotes y sea un consumidor curioso. De este modo, la industria cafetera podrá crecer bajo el impulso de sus virtuosas demandas.
Para el año 2022, por ejemplo, una bolsa de 250 gramos de Catuai nature brasileño con una puntuación en taza de alrededor de 83 que cueste más de 10 euros podría considerarse cara, pero una Geisha panameña con una puntuación superior a 89 a 35 euros por la misma capacidad se consideraría una buena oferta. Con el café, como con el vino, hay que ir mucho más allá del precio/contenido.
¿Cuáles son las perspectivas?
Los profesionales del café no esperan que los precios bajen en los próximos años y temen una tendencia inversa.
Personalmente, llevo años prediciendo que los consumidores tendrían que enfrentarse a la realidad de nuestro producto… una realidad que la mayoría de la gente ha ignorado durante 80 años: el café no es una mercancía que se pueda consumir a voluntad, es un producto exótico que hay que saborear.
Los que se han pasado a los cafés especiales siguen ya esta lógica y han visto subir los precios, pero menos que los del café industrial, más sometido a las tormentas del mercado de masas.
Ahora hemos alcanzado un nivel de remuneración decente para los agentes implicados, y es difícil predecir las fluctuaciones del mercado en los próximos años. Sin embargo, podemos afirmar que es poco probable que la caída de la producción, el aumento de la demanda, la inflación, el calentamiento global, etc. hagan bajar los precios.
El comercio del café no es una excepción al mundo que nos rodea, con sus incertidumbres, crisis y desafíos. En un momento en que estamos experimentando una subida de precios pocas veces vista, nos corresponde plantearnos hoy las preguntas adecuadas para preservar esta bebida que tanto nos gusta disfrutar y compartir.
Los consumidores tienen una gran responsabilidad y a menudo dictan las políticas y actuaciones de los profesionales del sector. Ahora, más que nunca, es el momento de aceptar este aumento como algo positivo y una oportunidad para consumir café de forma diferente.
Y como no bebemos vino sólo para emborracharnos, debemos promover la idea de que el café no es un chute de cafeína, sino un producto para disfrutar, el resultado del trabajo de una gran cadena de valor que debe poder vivir de su trabajo y disponer de los recursos necesarios para afrontar los grandes retos de nuestro tiempo y seguir deleitándonos.